Consejos y recomendaciones: Salud cerebral y DFT

Si bien aún no se han aprobado tratamientos para ningún tipo de DFT, investigaciones emergentes comienzan a sugerir que los portadores de variantes genéticas que causan DFT podrían ralentizar su progresión al participar en ciertas actividades saludables para el cerebro. Sin embargo, aún desconocemos mucho sobre la salud cerebral general y su relación con el riesgo y la progresión de la DFT. En la Conferencia de Educación sobre DFT de 2024, la Dra. Kaitlin Casaletto, de la Universidad de California en San Francisco, analizó la investigación actual sobre si Los cambios en el estilo de vida pueden favorecer la salud cerebral de la DFT.
El cerebro depende de la salud vascular para funcionar correctamente: cuanto más sano esté el corazón, mejor funcionará el cerebro. Una forma de mantener la salud cardíaca es seguir una dieta rica en frutas, verduras, cereales integrales y proteínas magras. «Cuida tu corazón para cuidar tu cerebro», resumió el Dr. Casaletto.
La actividad física también contribuye a la salud cerebral, y algunas investigaciones sugieren que podría dificultar el avance de la DFT en personas con predisposición genética a la enfermedad. "Encontramos que la actividad física se asocia con una progresión más lenta en las personas con mayor riesgo [genético] de DFT", afirmó la Dra. Casaletto. "Los portadores de la mutación que realizaban altos niveles de actividad física presentaban una mayor estabilidad del rendimiento cognitivo a lo largo del tiempo, a pesar de la pérdida de tejido cerebral", añadió. "De alguna manera, la actividad física ayudaba a estas personas en riesgo a mantener su función clínica, incluso con posibles cambios en su cerebro".
Si bien el ejercicio físico es bueno para la salud cerebral en general, ejercitar la mente también es beneficioso. Una interacción activa con el mundo, ya sea a través del trabajo o actividades de voluntariado, reuniones familiares o pasatiempos con otros entusiastas, se asocia con una progresión más lenta de la demencia, afirmó la Dra. Casaletto. Enfatizó que las nuevas experiencias parecen ser las mejores para desarrollar nuevas conexiones neuronales. Estas podrían incluir aprender a tocar un nuevo instrumento, tomar una clase sobre un tema desconocido o incorporar otros tipos de estimulación cognitiva.
Aunque las investigaciones sugieren que los hábitos saludables para el cerebro, como una dieta nutritiva, el ejercicio regular y la actividad cognitiva, pueden favorecer la función cerebral general, estas estrategias pueden ser difíciles de implementar para algunas personas con DFT. Los síntomas comunes de la DFT, como la alteración de los hábitos alimentarios, la apatía y la irritabilidad o la agresividad, suelen interferir con la participación en dichas actividades. Los cuidadores deben comprender que la resistencia a estos cambios es un síntoma de la enfermedad, no una falla de su parte.
La investigación sobre los factores de riesgo relacionados específicamente con la DFT es limitada, pero los estilos de vida saludables contribuyen a múltiples factores que mejoran la calidad de vida de los cuidadores y las personas diagnosticadas. Existen diversas maneras en que las personas afectadas pueden contribuir a mejorar nuestra comprensión de la DFT; consulte Sección Formas de Participar del sitio web de AFTD para más información.
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